viernes, 27 de febrero de 2009

El tribunal rechazó el pedido de nulidad y el imputado se defendió en su indagatoria

El Tribunal Oral Federal Número Nº 6 de la Capital Federal rechazó el pedido de nulidad que había presentado la defensa de Víctor Enrique Rei, imputado por los delitos de retención y ocultamiento de un menor de diez años, falsedad ideológica de instrumento público, falsedad ideológica de instrumento público destinado a acreditar la identidad de las personas y como partícipe necesario de la falsedad ideológica de instrumento público en concurso real entre sí.
Luego de la resolución del tribunal, declaró el imputado, Rei, de 68 años, quien se presentó como licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Kennedy y oficial superior de Gendarmería retirado con una pensión de 3.500 pesos mensuales. Precisó que en mayo va a cumplir cinco años detenido, primero en Campo de Mayo y ahora en el penal de Marcos Paz, donde prepara a otros internos “para que terminen el secundario”.
“Pronto voy a cumplir 70 años y casi no tengo nada que perder, así me lo dijeron los médicos. Considero que esta causa es nula porque hace cinco años fui querellado por la presidenta de Madres de Plaza de Mayo de Mar del Plata, como que me había apropiado de su nieto”. En realidad, Rei fue querellado por María Isabel Chorobik de Mariani, ex presidenta de Abuelas, causa que se radicó en el Juzgado Federal N° 1, a cargo de la jueza María Romilda Servini de Cubría.
“Me recibió Servini de Cubría, me indagó y me detuvo. Esta indagatoria y este proceso se refieren a esa causa. Cuando apareció el nieto de la señora presidenta (sic) se vio que yo no tenía nada que ver con eso, por lo cual pido mi sobreseimiento. El secretario de Derechos Humanos, entonces, me dijo que si bien yo no tenía nada que ver, debía quedar preso porque Alejandro era de otra persona. Ahora bien, en estos cinco años no se me indagó de nuevo y estuve privado ilegalmente de mi libertad”.
A esta altura de la indagatoria la presidenta del tribunal, María del Carmen Roqueta, le pidió al acusado que “vaya al punto” de su imputación. “No estoy haciendo un racconto de la causa”, se defendió Rei, “estoy indagado y procesado por una causa en la que no tengo nada que ver”, y añadió: “Dos organizaciones presentaron denuncias ante organismos internacionales por mi caso. La BBC incluso hizo un programa de dos horas, en el cual mi abogado Macedo Rumi también participó, donde se explica y se pone en conocimiento del mundo lo que está pasando en este juicio”.
“Ni siquiera en la Rusia de Stalin se juzgó a alguien treinta años después por adoptar y criar un huérfano. No existe antecedente en el mundo de que esto haya ocurrido”, disparó Rei, y en la misma línea comentó que en la Universidad de Washington tiene "un colega" que le dijo que si ellos tuvieran “que procesar a todos los oficiales y suboficiales que se trajeron chicos de Corea, Vietnam e Irak, tendrían que triplicar las cárceles”. Y agregó un ejemplo siniestro: “Si hace treinta años hubiera matado a Gustavo, mi hijo mayor, y me hubiera fugado, yo no estaría acá por la prescripción”.
El imputado se despachó con dudosos análisis políticos: “Los que vivimos la historia argentina de los últimos cincuenta años podemos decir que fue violenta, y esta violencia surge cuando el poder político interviene en el judicial, cuando a los jueces se los amenaza con ir a juicio político y se los obliga a cambiar sentencias”.
“Ustedes tienen un comisario político atrás que los controla adoptando la doctrina gramsciana, donde la prisión preventiva es la sentencia. No estoy hablando de los dos demonios. No nos engañemos. El demonio era uno sólo y estaba de los dos lados. Si querían juzgar a todos, ya que hubo dos bandos armados, lo podían haber hecho en su momento, pero la sociedad argentina defeccionó, no fue valiente, y el Congreso también defeccionó. En este país el poder es pendular y ahora el péndulo está en la izquierda, pero lentamente se está corriendo para el otro lado”.
Tratando de presentarse como un analista neutral, el imputado afirmó que “en los 70 los jueces contestaron seis mil hábeas corpus”. “¿Cómo puede ser -se preguntó- que un juez conteste 200 hábeas corpus y no se dé cuenta de que algo pasa en su jurisdicción? Si los jueces hubieran hecho algo, ¿no se hubieran atemperado las barbaridades que se hicieron de los dos bandos?”.
“No me interesa el juicio”, manifestó Rei, “yo ya viví mi vida y en forma muy intensa, pero sería necesario reflexionar sobre esto que digo”. El acusado aseveró que él conoció y estuvo cerca cerca del poder. “Onganía, Perón, Lanusse, López Rega, Videla, Massera, Alfonsín, hasta Menem, mucho poder… pero cuando pierden el poder en este país pendular… A De la Rúa, por ejemplo, por decirle a alguien que le corte el pasto de la casa todavía lo está persiguiendo la justicia”.
Con contradicciones, Rei detalló sus destinos durante los años 70. Negó haber estado en algún centro clandestino de detención (CCD), rebautizado por él con el aséptico nombre de “LRD (Lugar de Reunión de Detenidos)”. Pero admitió: “No fui porque no me mandaron, sería cínico decir que no hubiese ido si me lo ordenaban”.
Según Rei, del 70 al 75 se desempeñó en la Agrupación Formosa de Gendarmería, una unidad de comando, y en la última fase de su estancia en la provincia participó del Escuadrón 16 Clorinda. “No soy oficial de inteligencia -remarcó- sino de inteligencia militar, algo muy distinto, aunque la querella piense que es lo mismo. La inteligencia militar prepara a los oficiales para estudiar el orden de batalla, actualmente hay oficiales que están haciendo los mismos cursos que hice yo. Gendarmería me envió a estudiar inteligencia militar en el 73 ó 74, no me acuerdo bien. El ejercicio final, la tesis, era hacer una operación en una simulación de ataque nuclear a Texas”.
“Yo estoy capacitado para dirigir equipos de infiltración”, aseguró, “y estando en Formosa teníamos todo el despliegue bajo una hipótesis de conflicto con Paraguay y Brasil. Esta información no era pública sino que se obtenía con infiltración”. El imputado relató algunas operaciones en las que intervino: “En 1974, 75, en Formosa, conseguimos la información de que se estaba armando una gran plantación de marihuana, entonces junto con siete hombres nos metimos en territorio paraguayo y estuvimos 72 días”.
“Ya en Clorinda se realizó un gran procedimiento policial en Dos Bolsones, se trataba de contrabando, entramos en combate, detuvimos a 16 paraguayos, tuvimos dos bajas y el operativo tuvo trascendencia nacional. Perón se enteró y ordenó que me entregaran una medalla de honor, y así fue. Unos meses después, por ese procedimiento, fui tapa de la Revista Gente (sic), fue un reportaje de cinco, seis páginas, en el 75”.
Rei dijo que posteriormente fue asignado a Chile. “Con cinco, seis personas organizamos un equipo en Santiago para chequear los pertrechos de los chilenos, los armamentos que ingresaban por el puerto, no estábamos más de 30, 40 días en cada lugar”. De paso por Mendoza, cuando el régimen militar manejaba la hipótesis de una invasión al país trasandino, Rei recuerda que se encontró con el actual vicepresidente Cobos: “Lo que dice Cobos es cierto, él era subteniente de reserva y estuvimos comiendo alguna vez juntos”.
Poco después, Rei fue enviado a Tucumán, donde el 28 de agosto de 1975 la organización Montoneros había derribado un avión Hércules de la Fuerza Aérea, en plena carrera de despegue en la pista del Aeropuerto “Teniente Matienzo”. “Me mandaron al aeropuerto para trabajar en la seguridad”, explicó Rei, quien aseguró que nunca salió del aeropuerto, que incluso dormía allí, y que por tanto no tuvo intervención en el Operativo Independencia bajo las órdenes del represor Domingo Antonio Bussi. Luego de esta misión, el imputado continuaría sus labores en Chile y más tarde sería enviado a Campo de Mayo.
“Estuve en la Prisión Militar de Campo de Mayo, no recuerdo bien en qué año, había ocho, diez, doce detenidos, no eran ni subversivos ni terroristas sino delincuentes económicos. Estaban legalmente detenidos por el juez federal Rafael Sarmiento”. Rei mencionó entre los detenidos al financista Marcelo Chavanne, del Banco de Hurlingham, detenido -y no precisamente con métodos legales- junto con otros empresarios. Rei manifestó que su función en Campo de Mayo fue “coordinar a un grupo de profesionales”, contadores, abogados, que investigaban estos delitos económicos.
Frente a algunos silencios del imputado, la jueza Roqueta le dijo que si estaba callando por secreto de Estado, podía informarlo al Tribunal ya que éste tiene la potestad de pedirle a la Presidenta de la Nación que lo levante, no obstante Rei contestó que “por ahora” no hacía falta.
Sobre el cierre de la indagatoria vinieron las preguntas de la querella y de la fiscalía. Luciano Hazan, abogado de Abuelas, solicitó que se exhiba la foja 302 del legajo personal de Rei, una nota firmada por él mismo, fechada el 28 de enero de 1990, en donde afirma que participó en el Operativo Independencia, hecho que negó en su testimonio.
De inmediato, Hazan fue al punto de la causa, que Rei había tratado de evadir:
-¿Cómo sabe que el chico que crió estaba huérfano? -preguntó Hazan.
-Si tiene padres muertos es huérfano -respondió el gendarme.
-Sin embargo, usted, en las declaraciones anteriores, dijo que era su hijo biológico.
-Voy a aclarar lo de Alejandro después de que declare él y el resto de los testigos.
La última pregunta de la querella fue sobre Julio César Cáceres Monié, médico firmante de la falsa partida de Alejandro Sandoval Fontana y de otros niños apropiados durante la dictadura (como Victoria Poblete y María Eugenia Sampallo Barragán).
-¿Conocía al señor Cáceres Monié?
-No voy a contestar preguntas sobre eso… de Alejandro no voy a hablar.

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